- Cuatro o cinco aguacates maduros
- Una cebolla mediana o una cebolleta
- Un tomate mediano
- Un chile serrano (o un jalapeño en conserva o una cayena)
- Zumo de media lima o limón
- Cilantro fresco
- Sal
Comenzaremos a preparar este guacamole casero lavando bien el tomate y el manojo de cilantro que usaremos en la receta, además de pelar la cebolla y quitarle la capa exterior. Una vez hecho esto, troceamos la cebolla y el tomate en trozos muy pequeños, lo más pequeños que podamos, y las hojas de cilantro las picaremos también lo más finas que podamos, desechando los tallos. Echamos todos estos ingredientes en el recipiente en el que prepararemos el guacamole, mejor si puede ser un mortero de piedra, denominado como molcajete.
A continuación vamos a preparar los aguacates, que deben estar maduros pero sin llegar a estar pasados, ya que entonces darían mal sabor a nuestro guacamole. Una forma de comprobarlo es apretar su piel con el dedo y notar que estén tiernos sin que el dedo se hunda en la misma. Si están demasiado verdes es conveniente dejarlos madurar unos días, siempre fuera del frigorífico. Por si no lo sabías, el aguacate ayuda a regular el colesterol, gracias a su contenido en ácido oleico, además de ser un alimento antioxidante, aunque también es un alimento muy calórico.
Los aguacates los vamos a cortar por la mitad y separamos las dos mitades, retirando después el hueso que tienen en el centro. Para sacar toda la carne de los mismos, recomendamos emplear una cucharilla para hacerlo, sacando toda la pulpa posible, que añadiremos a nuestro mortero o el recipiente en el que prepararemos el guacamole finalmente. Vamos a añadir el zumo de media lima, una pizca de sal y también un chile serrano muy picadito, para que le dé un toque picante al mismo. Si no tenemos este ingrediente, podemos sustituirlo por un jalapeño en conserva o una cayena.
Vamos a machacar todos los ingredientes con el mortero, o bien con un tenedor en caso de no disponer de uno, para que la pulpa del aguacate se mezcle con los demás ingredientes que hemos picado antes. Debe quedarnos un guacamole con los trozos visibles, que es como se sirve tradicionalmente, pero si prefieres puedes pasarlo un poco por la batidora para dejarlo más cremoso y con una textura más uniforme, hazlo como más te guste. A la hora de servir este guacamole lo normal es servirlo con nachos, que puedes comprar ya hechos en cualquier supermercado. Y recuerda que el guacamole puedes dejarlo en el frigorífico varios días, pero siempre bien cerrado.
Fuente: Eva Luciana
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